Muerdo la tierra. El sabor
de los gusanos, de la tierra tumefacta en la boca, mientras el Sol está por
aparecer. El Este tiene el oro en la Aurora. Y mi alma espera salvarse esta
noche para tomar la luz entre las manos. Entretanto me desplomo, caigo de lado
en cámara lenta. Mi perfil se desvanece. De mis bolsillos saltan los relojes,
la peineta, la tarjeta visa, el caracol de Almagro, el lapicero que destila
cielos y nubes, el llavero con la figura del caballito de totora, tarjetas de
presentación.
Entonces, salta un
unicornio asustado de mi corazón, salta una hoja en blanco de mis manos, se
escapa la palabra no dicha de entre mis dientes, de mi espalda caen las alas,
de mis pies caen los deseos, de mis ojos cae un río cuya catarata guarda un
nombre.
Me hundo bajo la tierra
salada como salados son mis labios. Muerdo la tierra con agradable sabor, como
delicia fresca.
El Sol me confía el horizonte
y su luz empieza a dibujarme nuevamente.
CASA VIGO
06 SET 2013
Texto: Luis Cabrera Vigo
Imagen: “Con olor a tierra
Húmeda y roja” de Guillermo Rito-México.
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on viernes, setiembre 06, 2013
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Cantos rupestres
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