Que el poeta cante
con voz de león herido
Que ruja el dolor de esta ciudad
que lo grite con palabras
que lo cante con incendios
que lo pinte con demandas
Que el poeta se desgarre
se quede sin palabras
que su canto sea un manantial y rugido
palabra que calma y zarpazo
un cuerpo de luz y golpe
aliento que eleva y temblor
alegría en los corazones y catarata
Que nazca con la marca en la frente
que ría de niño
que juegue en los estanques
y que llegado el momento
se descubra la melena
el poder de sus mandíbulas
la fuerza de sus brazos y garras
Que sufra para cazar
que defienda a su progenie
que acumule así las medallas de la vida
y que venga el tiempo
de clamar
y mostrar su verso voz en alta.
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on martes, agosto 13, 2013
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Cantos rupestres
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