a
Atrapada lengua
encendida en los cristales
y en el espejo un clamor
flama de dragón
tu aureola
y un cielo que nace de mis latidos
aún más allá
b
El Sol que muere en el ocaso
aún mantiene su calor en tus labios
y debo adquirir las virtudes
de las salamandras
para vivir entre tus comarcas
c
la chispa se enciende
aún antes del contacto
al tocar el timbre para bajar
al pisa cada uno su vereda
aún antes de la sintonía de los iris y las dermis
d
tomaré la miel encendida
y como el viejo alquimista
guardaré la fórmula
de la piedra filosofal de tus besos
con el oro de tu mirada
y el viento que nos levanta
en el piso seis
e
tú
has dicho que tienes un girasol en los cabellos
y yo
quien lo dibuja
aquí
en este papel que me entrega la tarde
f
es la letra que se enciende
son tus pasos los que queman
y el mediodía se inclina sobre nuestras alas
y hemos de partir
sin máscaras
sin sandalias
hijos perennes del barro y el viento
así te quiero
en todos los calendarios
y todos los orbes que lleven tu nombre
g
Cuando nuestros pasos coinciden
bajo el mismo Sol y arena
y son las mismas gaviotas las que nos contemplan
mis latidos marinos
se agigantan como olas traviesas
que sólo buscan celebrarnos
rendir homenaje a dos fuegos
que se unen en un solor ardor
h
Y hoy - en este segundo - canto
bajo el mismo Sol
a tu vida del norte
a mis espantos del sur
a tu flora y mi fauna
que caminan en colisión tierna y frontal.
Texto: Luis Cabrera Vigo
Imagen: Fuego y mar - Alvaro Rubio
Imagen: Fuego y mar - Alvaro Rubio
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on jueves, julio 11, 2013
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Poemas de los Pasos Celestes
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