Te detienes cual sirena
y me llamas por mi nombre
por todos mis nombres
son las cuatro de la tarde
Te despeinas
te descalzas
y con la copa en la mano
me invitas a probar el ambrosía
de tus besos
A esta hora los he recordado
¡y qué miel me han sabido!
¿Era este el néctar de los faraones?
¿Era tu cuerpo de esfinge
el que custodiaban en el desierto?
La manta que te cubre
es de una reina olvidada
y en la pared
se dibujan historias
que el espejo absorberá
Abre los ojos, mujer pirámide
y dime sino es verdad
que nos esperan los reflejos
llegaré a ti furtivo
como la primera vez
como un gato caprichoso
Espérame
sólo falta un verso
para resolver el jeroglífico
de tu mirada.
Poema: Luis Cabrera Vigo
Obra tomada de la web galeria.todocuadros.com (Alejandro)
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on lunes, mayo 13, 2013
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Poemas de los Pasos Celestes
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